Registran primeras muertes del último brote de ébola en la RDC
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los primeros casos sospechosos del último brote de ébola en la República Democrática del Congo surgieron en diciembre de 2017 y las primeras muertes corresponderían a enero de 2018, sin embargo, las autoridades no han dado la voz de alarma.
Al menos 17 personas habían muerto en una zona del noroeste del país debido a un brote de ébola, enfermedad que empezó a propagarse hace meses de acuerdo a la OMS.
«Según nuestras primeras informaciones, se han registrado casos desde diciembre y las primeras muertes, en enero, aunque no se ha establecido todavía la relación entre los fallecimientos y la epidemia», ha explicado el portavoz de la OMS en el país africano, Eugene Kabambi, en declaraciones a Reuters.
La realidad es que la República Democrática del Congo es uno de los países con más brotes de ébola, esta fiebre hemorrágica mortal, que además fue detectado por primera vez allí en sus bosques tropicales en 1976, en las zonas cercanas del río Ébola.
La Organización Mundial de la Salud y funcionarios de otros grupos internacionales de salud se encuentran en el área para ayudar a contener la propagación del virus mortal.
«Nos preparamos para el peor escenario»
La OMS no ha sido muy optimista a la hora de analizar los nuevos casos. «Nos preparamos para el peor escenario», han declarado. La OMS ha puesto en alerta a nueve países fronterizos de RDC, aunque están especialmente preocupados por el riesgo de contagio en Congo Brazaville y República Centroafricana, porque comparten vías fluviales con Kinshasa.
El virus puede contraerse por contacto con la sangre o los fluidos corporales de animales infectados (generalmente monos o murciélagos de la fruta). Una vez que un ser humano resulta infectado, la enfermedad también puede contagiarse entre personas. Los supervivientes de sexo masculino pueden transmitir la enfermedad a través del semen hasta por año y medio.
Normalmente los síntomas comienzan entre los dos días y las tres semanas después de haber contraído el virus, con fiebre, dolor de garganta, dolores musculares, y dolor de cabeza. Por lo general, siguen náuseas, vómitos, y diarrea, junto con fallo hepático y renal. En ese momento, algunos pacientes empiezan a sufrir complicaciones hemorrágicas.
Esther R.