¿Qué es el propóleo?
El propóleo es una sustancia verde muy oscura que se produce por las abejas a raíz de la extracción de resina de los árboles y plantas. Las abejas extraen esa resina para mezclarla con en la colmena con saliva y con cera, que luego usan para sellarla a modo de cemento, evitando la propagación de bacterias y virus.
La estructura química de esta sustancia está basada en aceites esenciales y principios activos, responsables de su acción antibiótica.
El propóleo se puede usar en quemaduras de la piel, como fungicida y antiséptico sobre heridas. Tiene la propiedad de eliminar las enfermedades bucales producidas por bacterias y estimular la producción de esmalte dentario, mientras protege los dientes del ataque de microorganismos. En los casos de tuberculosis pulmonar también el propóleo puede ser un gran aliado.
También está compuesta de flavonoides, sales minerales y se desconoce gran cantidad de compuestos que no han podido ser estudiados aún. Antes de la penicilina, el propóleo se usaba como antibiótico para sanar las heridas y evitar la contaminación de las mismas. Es, además, un antiséptico único y eficaz. A su vez, funciona como analgésico sobre las heridas.
Puede ser usado de igual manera, para atacar úlceras gástricas producidas por la acción de bacterias o infecciones intestinales. Ayuda a contrarrestar las infecciones de las vías respiratorias, convirtiéndose en un efectivo antigripal.
Funciona muy bien para tratar el acné, en forma de crema o diluido en agua para lavarse la cara. Se obtienen buenos resultados para las ulceraciones irritativas de los dedos de las manos causadas normalmente por alergias.
A nivel circulatorio el propóleo funciona como vasodilatador, lo que ayuda a disminuir la presión arterial, teniendo a su vez un efecto sobre el colesterol.
El propóleo no es recomendado en casos de asma bronquial alérgica ya que puede emporar los síntomas.
Esther R.