El legado de Stephen Hawking: los agujeros negros y el Big Bang
Entre los grandes descubrimientos de Stephen Hawking, sobre los misterios del universo, están los agujeros negros, logrando demostrar que tienen entropía y que poseen un horizonte de sucesos, la frontera fatal a partir de la cual la luz no puede salir; ni siquiera los planetas pueden hacerlo. También refiere que los agujeros negros deben tener temperatura, y con ello, emitir una radiación, que se define como “radiación de Hawking”. Entonces esto explicaría que podrían evaporarse por completo y desaparecer.
Para el año 2014 logró publicar un estudio donde hacía referencia que “los agujeros negros no existen tal y como creíamos”, porque el horizonte de sucesos es en realidad un “horizonte aparente”, que mantiene prisionera a la materia, pero solo de forma temporal. Este nuevo estudio indica, de una manera caótica, que “no se puede salir de un agujero negro en la teoría clásica, pero la teoría cuántica permite que la energía y la información puedan escapar de él”.
Hawking admitía que una explicación completa del proceso necesitaría de una teoría que combine con éxito la gravedad con las otras fuerzas fundamentales de la naturaleza, la idea del “horizonte aparente”.
Otro de los legados interesantes de este físico fue su defensa por la teoría del Big Bang, el inicio del universo a través de una explosión hace 13.800 millones de años. Con respecto a esto, Hawking recientemente señaló que antes que se produjera esa gran explosión, el tiempo estaba contraído en medio de la “espuma cuántica” casi infinita de la singularidad, cada vez más cerca de la nada, pero sin llegar a convertirse en ella.
Stephen Hawking, con la ayuda de su colega Roger Penrose, logró demostrar que el espacio y el tiempo tenían necesariamente un principio dentro de la relatividad general. La “singularidad original”, un punto de densidad y temperatura infinitas en el que las leyes de la física conocida no funcionan y del que surgió el cosmo entero.
Esther R.