Sin duda una de los principales problemas en salud pública son los trastornos metabólicos, siendo un factor primordial para que se desarrollen padecimientos reumáticos como “la gota”.
La gota es considerada como una patología reumática donde se presenta la elevación del ácido úrico o un estado previo de hiperuricemia, donde se generan depósitos y forma cristales en las articulaciones. En este caso, el sistema inmune genera una respuesta que conlleva a la inflamación, mucho dolor y en el ámbito clínico se le conoce como un ataque agudo de gota. Ese dolor intenso puede incapacitar a la persona y no puede utilizar la articulación afectada. Normalmente los principales afectados son hombres entre los 40 y 60 años.
Se han realizado estudios en base a terapias con probióticos o prebióticos, en alimentos que promuevan una microbiota sana, con bacterias capaces de eliminar el ácido úrico, basados en romper el paradigma que las bacterias son malas y no sirven para brindarle salud a nuestro organismo, sin saber que realmente las necesitamos para sobrevivir. A diario consumimos bacterias gracias al yogurt, denominadas lactobacilos.
Es normal tener cierto nivel de ácido úrico, ya que el mismo funciona en estos casos como antioxidante, pero los problemas de elevación se presentan por la falta de eliminación de dicho ácido úrico, bien sea a través de la orina o vía fecal; es allí donde actúa e interviene la microbiota.
Las bacterias son capaces de degradar el ácido úrico a un compuesto mucho más soluble. Existe la hipótesis que ciertas bacterias ayudan a eliminar vía fecal el ácido úrico, pero también puede existir un grupo de personas que tienen una flora intestinal en donde predominen bacterias que no cuenten con la enzima para la eliminación vía fecal, siendo propensas a desarrollar un ataque agudo de gota.
Los cambios para ver la gota como una enfermedad multifactorial deben venir desde la sociedad, que debe ser consciente de la importancia de la prevención y que la salud es una responsabilidad individual. Es necesario romper los paradigmas y ver las bacterias como amigas y responsables para mantener y equilibrar la salud.
Esther R.